La última jornada de reuniones entre movimientos sociales internacionales se inició en los salones del Trang, unas instalaciones cercanas al rio Chao Praya, el canal fluvial por excelencia de la capital tailandesa. En la entrada que conducía al salón ya se podían distinguir miembros de los más variados países con una nutrida representación asiática.
Alrededor de 50 personas estábamos acomodadas en círculo dispuestas a participar de un programa que comprendía la siguiente agenda: A las 9 empezaría la charla-actualización sobre el”desmadre” económico, climático y financiero que se presentó en Rio+20. Seguidamente se daría voz a los movimientos sociales presentes en la reunión para que se presentaran. Para concluir con planes de acción para contribuir a la solidaridad entre los movimientos internacionales.
En la primera intervención se hizo eco de la gravedad que representa el triángulo financiero, climático, alimentario que gobiernos y corporaciones utilizan para oprimir a los pueblos originarios y recientemente a otros pueblos como Grecia, Portugal o España donde la crisis sacude el estado de bienestar. Si bien se mencionó que la represión ha sido orquestada desde siglos a través de la expropiación de territorios y recursos desde el Norte al Sur, se hace significativo que en este hurto se incluya el sector alimentario. La amenaza que representa la carrera sin escrúpulos de los opresores debe ser respondida mediante las herramientas que sociedades civiles informadas y bien articuladas generen entre sí para acabar de una vez por todas con los abusos de unos pocos. Los miembros que leían el informe concluido en Rio+20 se congratulaban de que movilizaciones como 15M y Occupy levantaran vuelo en el último año porque como reconocieron durante la charla, arroja un haz de esperanza global por tratarse del lugar donde se focalizan los intereses de la usurpación mundial. Con este levantamiento de conciencias tal vez sería más efectivo golpear los intereses de los nuevos ejes colonizadores desde los lugares donde se originan las políticas de transgresión.
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